La movilidad internacional de trabajadores se ve obstaculizada principalmente por la falta de apoyo económico para la escolarización de los hijos y otros cuidados familiares. Aunque algunas grandes empresas han mejorado sus paquetes de reubicación, incluyendo gastos educativos, la mayoría de los empleados aún rechazan estos traslados debido a preocupaciones familiares.
Un estudio de EMS y la Universidad Carlos III revela que tanto hombres como mujeres se preocupan por el impacto en sus hijos al considerar la movilidad internacional. Sin embargo, las políticas actuales suelen centrarse únicamente en la persona expatriada, desatendiendo otras necesidades familiares. Además, el estudio subraya la persistente brecha de género en las empresas, con factores como estereotipos y responsabilidades de cuidado que afectan la igualdad salarial y de oportunidades.
Este panorama destaca la importancia de desarrollar políticas integrales que consideren las necesidades familiares y promuevan la igualdad de género, facilitando así la movilidad internacional y el aprovechamiento del talento global.